-Pues yo quiero embadurnarme con mis propios fluidos y frotarme contra las paredes de mi casa, ¿te vienes?
El pelirrojo, el más brillante de todos ellos, despedazó el conejo muerto y lo colgó por las patas en un soporte con forma de cruz. Los ojos de los demás se abrieron como platos. Yo miraba los ojos del pelirrojo. Ojos oscuros como su mente. ¿Perversión o genio?
- Me ha gustado mucho lo que has hecho
- Que pena que yo me haya perdido lo tuyo