PECAS.
Te reíste con mis historia sobre la sopa. Te cogí del brazo y nos fuimos al parque. Me decías que habías soñado que volabas. Me mirabas con tus ojos pequeños y negros. Tu ojo izquierdo miraba hacia la izquierda y el derecho me miraba. Me apretabas la mano con tus dedos gordos.
Jugabas al ajedrez conmigo después de clase y me acompañabas por el camino de vuelta a casa. Me contabas que te gustaba Úrsula. Te contaba que me gustaba Jaime. Me contabas que tenías una motoreta. Te contaba que había vomitado comiendo sopa.
Llevabas el pelo largo, pantalones ajustados, camiseta sin mangas negra. Llevaba la melena larga y rubia y los mofletes rojos. Observaba tus pecas. Me mirabas el culo. Te miraba el culo. Me mirabas las tetas.
Necesito unas clases, espero que me las des. Estoy enferma y no puedo asistir. Me enseñas el dedo. Patada. Pienso en grandes televisores con pantalla plana.
Escuchamos los planetas. Me miras de reojo. No me hablas. Esperas. Hablo. Me enseñas tus cuadros. Te enseño mis cuadros. Me enseñas tus poemas. Me subes al coche. Me coges de la mano. Me miras raro, se te tuerce el ojo izquierdo.
Recuerdo tus gafas. Me gustan tus pecas.
Escribir un comentario para decir "qué chulo" es un mamarrachada, o tal vez un esnobismo, o una muestra de catetismo, que es casi lo mismo que esnobismo.
ResponderEliminarAsí que llámame mamarracho, esnob y cateto, si quieres, pero, ¡joder, qué chulo esto de PECAS!
A mi "qué chulo" me dice mucho más, y si encima va acompañado de un "joder", pues creo que aumenta su valor. Son de las expresiones más puras. Muchas gracias por tus amables palabras.
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