domingo, 24 de enero de 2010

SEPTIEMBRE

Pesaba 50 kg, tenía un diagnóstico de ansiedad, tomaba pastillas para dormir. Tenía los labios hinchados y las tetas pequeñas.

Pero Héctor la miraba con los ojos negros, pequeños.

Te vienes conmigo a un concierto?

Pero Emma no quería, sentía que hacía algo malo.

Al despertar por la mañana pensó que ya era hora de ser persona, se lavó la cara y se puso sus zapatos favoritos. Era septiembre y estaba de vacaciones. No había nadie a su alrededor. Había pasado tanto tiempo sin hacer planes sin él que ya ni lo recordaba.

Pero Héctor la llamaba. Ella estaba sola, más sola que nunca había estado. Más triste que nunca y más flaca que nunca.

Y Héctor la llamaba. Le decía que era una persona única. Y Emma no quería saber nada.

Y Héctor se cansó y dejó de llamarla. Emma se sintió muy triste y decidió ir a verlo. Tomó el coche y recorrió varias decenas de kilómetros y allí estaba Héctor, sentado en una roca, mirando al mar, comiéndose un bocadillo de berberechos.

- Me gustas y no quiero que te vayas lejos. Quédate conmigo por favor… llevo mucho tiempo sola, no tengo a nadie, sólo te tengo a ti. Eres mi único amigo.

- Pero yo ya tengo amigos, yo no quiero un amigo. Yo quiero una novia.

- Pero yo no sé si sabré… mira que yo estoy muy mal… y tal vez te haga daño

- Pero yo quiero que tu me quieras.

- Y yo quiero quererte pero no se si podré. Déjame intentarlo.

- Echémosles los berberechos y el pan a los peces

- Probemos con un beso.

jueves, 14 de enero de 2010

Debo aprender a despedirme. Nunca lo consigo, mira que lo intento. Por qué me cuesta tanto decir adiós? Siempre igual, siempre con todo. No puede ser. Debo aprender.