lunes, 23 de mayo de 2011

PROYECTO


¿Pero qué falta tienes tú?
Realmente ninguna, no me hace falta. No necesito nada. Podría irme a San Pedro, a comer hojas de higuera y peces. Podría convencer a los turistas de que me diesen un trocito de su bocadillo de queso, ir a la casa vieja a beber cerveza "La Perla" a cambio de un tratamiento manual, pasear pasear pasear.
No me hace falta y sin embargo lo quiero. ¿Es la esencia del capitalismo? ¿Será que hay más gaviotas por las calles? ¿Será un arrebato de la edad? La culpa de todo la tiene def con dos.

3 comentarios:

  1. ¡Pues claro que tengo falta!
    Falta de ti, de tu cariño, de sentirte cerca, de que te vuelvas a fijar en mi, de que me cuides, me moldees y me dejes a tu gusto, de que me atiendas y me dejes crecer contigo, de resultarte cómodo y de volver a sentir que te hago vibrar.
    Pues si, podrías vivir sin mi, pero si vas a hacerlo, déjame al menos con un buen recuerdo tuyo, que me haga grande para que quien ocupe los salones de mi corazón después de ti, se encuentre un lugar con el que merezca la pena pasar la vida y no tenga que andar desde principio con labores de andamiaje y desescombro.

    dixit.

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  2. Pues si que tiene falta usted. La cuestión es que mi falta es más material y cotidiana y menos sentimental. No sé si puedo vivir sin usted porque no sé quién es, aunque si termina con un verbo latino puedo deducir que ... estudió letras mixtas? El punto al final me dice que es usted una persona cabezota. Las exclamaciones del principio indican que usted es alguien expresivo y que se siente vivo. Si repite continuamente "mi" pienso que es un ser bastante egocéntrico. Y para terminar, pues qué quiere que le diga, que pase usted una buena tarde.

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  3. Tengo falta, si, grandes carencias afectivas de infancia que arrastro ahora, a mis siete, y que entorpecen repetitivas mis relaciones con el mundo. ¡Hazme caso ya!
    y deja de parlotear, quizás si que soy un poco egocéntrico, ¡pero es que te necesito! y aunque a veces quieras hacerte creer que no te importo lo suficiente, yo se que no es verdad, que te veo venir por las mañanas, que preguntas por mi a estilistas y pides consejo a tus amigas, que me limpias la cocina por las mañanas, y me friegas los suelos a media tarde, que me esperanzas con nuevos colores.
    pero sobre todo, lo que más emoción me da, es cuando te paras un minuto y te pones a soñar conmigo.
    Ahí es cuando me siento vivo y expresivo.

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