jueves, 20 de enero de 2011

тага



Decepción, pesadumbre, desazón.
Ansia de calma. Volver al círculo.

Quiero sentarme en la silla vieja y oler a naranja.
Contemplar el cielo y contar estrellas.
Recogerme el pelo con tu pinza
Abrazarme al tronco verde.


3 comentarios:

  1. textos viejos, palabras nuevas, y detrás siempre, un sentimiento que se resiste a salir de puro terror que le da volver a sentir el frío que recuerda y que pretende, en su soberbia, reconocer con sólo el sonar de las primeras notas.

    la silla no está vieja, son los culos decepcionados, apesadumbrados y cargados de desazón los que la hacen temblar bajo su peso.

    La fortuna está en saber ver, descubrir que con sólo levantar la mirada los naranjos están ahí, para darnos cobijo en verano, olor en primavera y sabores descomunales que se cuelan por entre los dedos salvajes que los rompen entre el otoño y el invierno.

    Vas a necesitar muchas más estrellas mafalda para que puedas dejar soñar con pelos atados y abrazos. Este año, mis naranjos están empeñados en dar más frutos que nunca, y lo mejor es que no dejan de repetir, que mañana aún serán más.

    Un beso, un abrazo, un libro para aprender a leer entre las estrellas, dos noches bajo la luna que se nos escapan ya y un cajón a rebosar de un deseo incontenible y abrasador.

    finis coronat opus.

    ResponderEliminar
  2. La niña soñaba con el olor a pan recién hecho, con el pringue que deja la harina pegajosa entre los dedos, mientras pensaba en el toque final -pan con pasas o con jengibre-. El muchacho veía formatos infinitos de deuvedés.
    Los libros estaban encima de la mesa, sin tocar, como el primer día, esperando a que ellos les echaran un vistazo, esperando a cumplir su finalidad, para lo que habían sido diseñados, antes de pasar a formar parte de esta obsolescencia decadente.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  3. relatos de una noche que no fue más que la antesala de un gran viaje de libros olvidados, de ordenadores de inercia a los que ya nadie hace caso, de cenas ausentes para terminar enredados, enjuascados en una batalla que dura hasta que amanece. y el aguanieve fría tocando al cristal de tu ventana, en forma de sueños que saben a naranja, de olores a pan reciénhecho, de sabores y tactos a piel y a almendras. sueños reposados, sueños remanentes, sueños redundados.

    ¿tienes un sueño?







    lopasocontigo

    ResponderEliminar