Hoy me hablaste de Pina y de lo impresionante que era esa señora. Delgada, ligera, fumaba como un carretero.
Asombrada, como de costumbre, por las maravillas de los cuerpos ágiles, rítmicos y firmes, pienso en cómo me gustaría hacer …
Me gustaría ser capaz de moverme como una pluma por el viento, de correr y tener la sensación de ir volando -porque mis pies no tocan el suelo-, de saltar y girarme a la vez hacia delante y hacia detrás. De bailar.
De Tango a clásico, de subirme descalza a un árbol y colgarme de un pié con la cabeza hacia abajo.
De descolgarme de la cuerda enroscada con las piernas abiertas y los dedos estirados. De subirme con una mano y columpiarme.
De que me sujeten por la cintura y me trasladen saltando a otra parte, de que me agarren con una mano y me den vueltas sin cesar.
De ser capaz de andar de puntillas sin aparentar movimiento, de mover los brazos como un cisne o como un brazo mecánico.
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